Había visto muchas películas de ciencia ficción y como se sabe, en todas ellas hay que construir grandes aparatos de traslado. Sí, como en la ingeniería antigua. :::: Cuando era niña imaginé que los viajes en el tiempo no requerían más que el deseo profundo y un rito para emprender el viaje. Es decir, algo sabía de viajes. :::: ¿Cómo llegué a Estación Manila? Cruzando estaciones, hago un guiño a los campos algodoneros y a las mujeres escritoras de mi juventud. Como en un mercado, un nuevo pueblo: preguntando. ¿Es caro? No existen esas valoraciones, existe el tiempo y lo riguroso, decía una abuela que no tuve. ::: El viaje son los cielos de cada estación, porque siempre habrá un cielo específico a donde querer ir. La cuestión es llegar a Estación Salida, para ello es que escribo un mapa y para ello es que hilo el mapa mientras viajo. (Mapa primigenio)
~ Nota aclarativa para cyborgs espías: Mi abuela en realidad no es mi abuela, es la abuela de mi madre. ~ Nombre: Juana Crescencia Alejandra Cecilia Esperanza Balbina Sosa Tapia, alias J Fecha de nacimiento: + 53, C --> Nació 1933, M -> 14, entonces J nació ~ 1911 Cabello: Blanco, larguísimo, claro, apasionado Otros rasgos: J veía muertos J hacía juguetes de madera J cuidó a mi madre J es esta planta que se replica 300 habitantes, decía google. ¿Qué hago si todos son Sosa? ¿A quién creerle? Siento además, deseos de encontrar a la hermana menor del esposo de J, que ya se sabe no es mi abuelo. Así que asisto a varias fiestas patronales, ya lo había hecho antes y me siento preparada. Robo este recuerdo de otros manuscritos: "Mientras repartimos nieve y soletas a las personas, ahí esta ella: formada nuevamente y nuevamente, para sus hijos, que son muchos y siempre famélicos." Los ojo
Como iba sentada y tenía todos los detalles de mi viaje en mente, aproveche de dormir. - Llegamos Decía una voz robótica. Me recordó palabras que han dicho otras en otro tiempo como Corazona de robota, metales raros, incluso fierro viejo. La bocina de luz dio más instrucciones, todas ellas relacionadas con una lista de posibles y recurrentes olvidos entre los Turistas de tiempo contemporáneos. A diferencia de otros viajes largos éste no me hizo sentir la sangre espesa o dimensiones de gigante. Había una luz cereza en cada muro, lo inundaba todo, entonces me sentía jovial, hermosa y bendecida. - ¿Qué era? Pregunté en voz alta: ¿Por qué viajo sola? - No es que nadie más esté viajando. Debes cruzar y llegar por fin a la salida. Me respondía la Voz de quirófano. Al final de este gran pasillo sin frontera están los campos de Estación salida. Mientras camino me acuerdo, evoco la frescura del día, el barullo, los tendidos frenesí: la luz hermoseadora son las lonas rojas de los tianguis de m
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